viernes, 26 de junio de 2015

Capitulo 3 -Más Allá


Apenas el concierto daba inicio y mi corazón comenzaba a palpitar a miles como si se fuera a salir. Por primera vez en mi vida esperaba la llegada de alguien que apenas conocía y que mis ojos anhelaban ver.

–Mira, ahí salió Gianluca –se emocionaba –es el más chico del grupo –me explicaba Mauricio –los demás lo describen como el seductor del grupo.

– ¿Y ese? –pregunte.

–El es Piero –continuaba –el mayor del grupo, pero solo de edad –se reía –sus amigos le describen como el intelectual.

– ¡Oh!, interesante.

–Y ese… –decía señalando a Ignazio –es Ignacio.

–Ignazio –corregí – recuerda que son Italianos –sonreí –el más divertido y tímido del grupo.

–Vaya, pero parece que lo conocieses de toda la vida –menciona –empezare a creer que has investigado acerca de él – decía –me pondré celoso.

De ningún modo podía dejarme descubrir por Mauricio, mi corazon se sentía entre la espada y la pared, por una parte mi cariño hacia Mauricio y por la otra el sentimiento que empezaba a crecer hacia Ignazio.

–No es eso –trate de ocultar el interés – solo que oí en el baño a dos chicas conversando sobre él, –me relaje –decían que era el más guapo.

– ¿Y que crees tú? –me interrogo.

–Yo creo que… –lo ignore – creo que comenzaran a cantar.

Por un momento sentí que ese ‘TRAGAME TIERRA’ fuese cierto, y que el suelo se abriera de par en par y no tener que sacar excusas, pero justo a tiempo logre aludirlo de sus preguntas.

– ¡Buenas noches Medellín! –exclamaron el trió que tenía a más de uno en ascuas –estamos aquí para darles la mejor noche de sus vidas.

Mientras todos aplaudían emocionados por escucharlos cantar, Gianluca toma la iniciativa de dar unas cuantas palabras.

–Antes que todo les quiero contar algo –expresa – Medellín nos tiene enamorados, jamás habíamos estado tan contentos de estar en un lugar como en este –continua cediéndole el micrófono a Piero el cual comenta – es so es cierto, Medellín –suspira– sus paisajes, sus montañas, su gente y sobretodo sus mujeres.

Ignazio toma el micrófono y un poco tímido añade –podrá sonar un poco tonto, loco y apresurado pero justo ahora en las afueras de la tarima, descubrí el amor.

Ahora era más cierto que nunca mi corazon junto con unas cuantas mariposas iban a salir de mi cuerpo, pero debía tratar de ocultarlo, no era justo que Mauricio fuera el perdedor en nuestra relación.

– ¡Que loco suena! –Interrumpió Mauricio mis pensamientos –como va a ser cierto que se va a enamorar en tan solo un segundo –reía.

–Respeta un poco –enserie un poco –si eso es lo que piensa él deberíamos comprender, cada uno se enamora de formas diferentes y como quiera.

Trataba de que Mauricio comprendiera aquellas palabras, pues también era lo que yo creía sentir en aquellos momentos, enamorarme de un famoso ¿Quién lo creería?

– ¿Tu serias capaz de hacer eso? –interrogo.

– ¿Hacer que? –me empecé a preocupar.

–Pues de enamorarte en un segundo.

–Pues… –tartamudeé – tal vez, –hice una pausa –pero este no es el caso, además –añadí –el concierto ya ha dado inicio.

La orquesta comenzaba a tocar aquella melodía que llegaba a mis oídos con gran sintonía y me hacia suspirar…

 Eres el más bello amanecer, pintas en mi rostro una sonrisa al volverte a ver  

Cada palabra, cada melodía que sonaba en esta hermosa noche estrellada las horas iban pasando, y cada vez mas perdía la noción del tiempo, de un momento a otro nos encontrábamos al final del concierto.

–Antes de que cantemos esta última canción –decía Gianluca –traeremos al escenario a tres bellas chicas, a las cuales les dedicaremos nuestra canción bajo la luz de la luna.


Cada uno de los chicos del grupo comenzaba a bajarse del escenario y terminaban en frente de la chica a la que querían. De pronto una sombra se iba acercando hacia mí, y al alzar la mirada un bello rostro sonriente estaba frente a mí. Era Ignazio, quien podía creerlo, Ignazio se había bajado del escenario para dedicarme su última canción, a mi y solo a mí, por un momento el mundo se paralizo y olvidando con quien estaba en aquel concierto tome la mano de Ignazio y subí con él al escenario, en verdad no podía creerlo a partir de ese momento mi mundo comenzaba a cambiar.

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