Apenas el concierto daba inicio y mi
corazón comenzaba a palpitar a miles como si se fuera a salir. Por primera vez
en mi vida esperaba la llegada de alguien que apenas conocía y que mis ojos
anhelaban ver.
–Mira, ahí salió Gianluca –se
emocionaba –es el más chico del grupo –me explicaba Mauricio –los demás lo
describen como el seductor del grupo.
– ¿Y ese? –pregunte.
–El es Piero –continuaba –el mayor
del grupo, pero solo de edad –se reía –sus amigos le describen como el
intelectual.
– ¡Oh!, interesante.
–Y ese… –decía señalando a Ignazio –es
Ignacio.
–Ignazio –corregí – recuerda que son
Italianos –sonreí –el más divertido y tímido del grupo.
–Vaya, pero parece que lo conocieses
de toda la vida –menciona –empezare a creer que has investigado acerca de él – decía
–me pondré celoso.
De ningún modo podía dejarme
descubrir por Mauricio, mi corazon se sentía entre la espada y la pared, por
una parte mi cariño hacia Mauricio y por la otra el sentimiento que empezaba a
crecer hacia Ignazio.
–No es eso –trate de ocultar el interés
– solo que oí en el baño a dos chicas conversando sobre él, –me relaje –decían que
era el más guapo.
– ¿Y que crees tú? –me interrogo.
–Yo creo que… –lo ignore – creo que
comenzaran a cantar.
Por un momento sentí que ese ‘TRAGAME
TIERRA’ fuese cierto, y que el suelo se abriera de par en par y no tener que
sacar excusas, pero justo a tiempo logre aludirlo de sus preguntas.
– ¡Buenas noches Medellín! –exclamaron
el trió que tenía a más de uno en ascuas –estamos aquí para darles la mejor
noche de sus vidas.
Mientras todos aplaudían emocionados
por escucharlos cantar, Gianluca toma la iniciativa de dar unas cuantas
palabras.
–Antes que todo les quiero contar
algo –expresa – Medellín nos tiene enamorados, jamás habíamos estado tan
contentos de estar en un lugar como en este –continua cediéndole el micrófono a
Piero el cual comenta – es so es cierto, Medellín –suspira– sus paisajes, sus
montañas, su gente y sobretodo sus mujeres.
Ignazio toma el micrófono y un poco tímido
añade –podrá sonar un poco tonto, loco y apresurado pero justo ahora en las
afueras de la tarima, descubrí el amor.
Ahora era más cierto que nunca mi
corazon junto con unas cuantas mariposas iban a salir de mi cuerpo, pero debía tratar
de ocultarlo, no era justo que Mauricio fuera el perdedor en nuestra relación.
– ¡Que loco suena! –Interrumpió Mauricio
mis pensamientos –como va a ser cierto que se va a enamorar en tan solo un
segundo –reía.
–Respeta un poco –enserie un poco –si
eso es lo que piensa él deberíamos comprender, cada uno se enamora de formas
diferentes y como quiera.
Trataba de que Mauricio comprendiera
aquellas palabras, pues también era lo que yo creía sentir en aquellos
momentos, enamorarme de un famoso ¿Quién lo creería?
– ¿Tu serias capaz de hacer eso? –interrogo.
– ¿Hacer que? –me empecé a preocupar.
–Pues de enamorarte en un segundo.
–Pues… –tartamudeé – tal vez, –hice
una pausa –pero este no es el caso, además –añadí –el concierto ya ha dado
inicio.
La orquesta comenzaba a tocar aquella
melodía que llegaba a mis oídos con gran sintonía y me hacia suspirar…
♫ Eres el
más bello amanecer, pintas en mi rostro una sonrisa al volverte a ver ♫
Cada palabra, cada melodía que sonaba
en esta hermosa noche estrellada las horas iban pasando, y cada vez mas perdía
la noción del tiempo, de un momento a otro nos encontrábamos al final del
concierto.
–Antes de que cantemos esta última canción
–decía Gianluca –traeremos al escenario a tres bellas chicas, a las cuales les
dedicaremos nuestra canción bajo la luz de la luna.
Cada uno de los chicos del grupo
comenzaba a bajarse del escenario y terminaban en frente de la chica a la que querían.
De pronto una sombra se iba acercando hacia mí, y al alzar la mirada un bello
rostro sonriente estaba frente a mí. Era Ignazio, quien podía creerlo, Ignazio
se había bajado del escenario para dedicarme su última canción, a mi y solo a mí,
por un momento el mundo se paralizo y olvidando con quien estaba en aquel
concierto tome la mano de Ignazio y subí con él al escenario, en verdad no podía
creerlo a partir de ese momento mi mundo comenzaba a cambiar.

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